Resultados del Experimento
Revenue por usuario: +8%
Conversión: +1,5%
Descripción del Experimento
En este proyecto, lideré un experimento de rediseño del proceso de checkout con el objetivo de hacerlo más escalable, limpio y eficiente. La iniciativa surgió tras identificar áreas de mejora en nuestro checkout actual, que presentaba una experiencia cargada y potencialmente confusa para los usuarios.
Para abordar este desafío, llevamos a cabo una investigación exhaustiva, analizando tanto el comportamiento de los usuarios como las mejores prácticas de la industria. El análisis reveló que la sobrecarga de información y el uso de colores de fondo distraían y ralentizaban a los usuarios en el momento crítico de la compra.
Basándonos en estos hallazgos, optamos por un enfoque de diseño minimalista que consistió en eliminar elementos innecesarios, como los colores de fondo y las descripciones detalladas de características en el propio checkout. El rediseño se centró en simplificar la interfaz, dejando solo lo esencial: un resumen claro de la compra y las opciones de método de pago. Este cambio no solo mejoró la estética visual del checkout, sino que también redujo la carga cognitiva del usuario en un momento crucial.
Configuración y Beneficios
El impacto de este rediseño fue notable. Al reducir la complejidad del proceso de pago, logramos mejoras significativas en las métricas clave. Este proyecto demostró que simplificar y depurar los flujos de pago puede tener un efecto positivo directo en la conversión y, en última instancia, en los ingresos. La experiencia subraya la importancia de un diseño centrado en el usuario que priorice la claridad y la eficiencia.
Este caso es un ejemplo de cómo el diseño estratégico puede potenciar la usabilidad y los resultados comerciales, reafirmando mi enfoque en crear experiencias de usuario que no solo sean visualmente atractivas, sino también altamente funcionales y orientadas a resultados.
Demasiada información y colores poco accesibles
Menor carga cognitiva